Hace ya tiempo que descubrí "Patricia Mendiluce". En una de las tiendas donde compro habitualmente, la dueña del establecimiento me enseñó una bonita blusa blanca con rayitas verticales moradas y verdes, con cuello mao, jaretas en el pecho y lazada en la espalda. Me gustó al primer vistazo y posteriormente me sorprendió su precio. La vendedora argumentó que esta línea de ropa infantil funcionaba muy bien porque ofrecía telas y diseño muy bonitos a unos precios muy competitivos. A partir de ese día grabé el nombre en mi mente y me convertí en seguidora de las colecciones y poco a poco fui descubriendo el listado de tiendas de mi ciudad que trabajaban esta marca.
El estilo de sus prendas se ajusta bastante a mis gustos. Generalmente suelo comprar para "mi princesa" en un 80% prendas de vestir y sólo un 20% de ropa de sport. Y casi nada de ropa deportiva, exceptuando la equipación del cole para educación física. Me gusta siempre que las niñas vayan vestidas de niñas. Con telas muy románticas de flores, para sigan manteniendo ese punto de dulzura e inocencia que se va perdiendo cada vez a más temprana edad. Y no me convencen mucho las superfirmas de moda para adultos que ofrecen versiones idénticas de sus colecciones en miniatura para las más peques. En cambio, me entusiasman las empresas textiles que solo están especializadas en moda infantil.
"Patricia Mendiluce" forma parte de las marcas que compro habitualmente. Principalmente porque me gustan las prendas de vestir que basen su elegancia en la sencillez, con las que "nuestras princesas" se vean muy naturales y no como muñecas. Evitando caer en los excesos de grandes lazadas y adornos y en la combinación de telas y colores que contrastan demasiado entre sí. Ya que a veces, dan lugar a modelitos exagerados, que resultan en la mayor parte de los casos poco favorecedores. Pues aunque sean verdaderas joyas de la costura, pueden llegar a rozar por ser tan excesivos, el mal gusto.
El blanco es sencillamente encantador. Es el típico vestido de las largas tardes de verano. Cómodo y favorecedor. Con cierto aire ibicenco y romántico. En el color estrella del verano. Con cuello mao y lacito en la espalda para fruncirlo y ceñirlo a la cintura. También con forro y con la ventaja de poderlo combinar con infinidad de colores en los complementos. Manoletinas o sandalias, adornos del pelo, foulards..., de cualquier tono, para que siempre luzca distinto.
El de las pequeñas flores, con punto inglés en el pecho y lazada trasera, queda puesto muy bonito. Sienta fenomenal y es claramente para vestir. Es una tela con cuerpo y además va forrado interiormente. Lo cual es un todo un detalle, ya que la costura cada vez tiende más a simplificarse y elaborar prendas cada vez peor ejecutadas.
Si tuviera que citar algún inconveniente de "Patricia Mendiluce" sería lo liviano de las telas utilizadas a veces en algunas colecciones. Sobre todo en los vestidos tipo caftán de manga francesa. Porque en mi caso, son incompatibles con el clima de mi ciudad. Ya que cuando es propio utilizar la manguita larga porque el tiempo está fresquito, la tela del vestido es tan fina, que las niñas van muy desabrigadas. Y cuando el clima es más agradable y cálido para estas delgadas telas, la manguita larga por el calor, sobra.
Bueno, opiniones a parte, merece la pena tener en cuenta esta firma, por diseño, belleza, sencillez, comodidad, calidad y precio.
Aquí tenéis otro ejemplo, éste es de pana fina y cuando mi princesa se lo ha puesto, todo el mundo me ha preguntado donde lo he comprado e incluso si una modista se lo ha confeccionado a medida. Porque cuando se luce con unos complementos bien coordinados, como por ejemplo, rebeca, merceditas y medias en tono rojo cereza resulta espectacular.
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